Cambio de hábitos

mujer comiendo comida saludable

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El mes de enero es el mes de los nuevos propósitos, es el momento de plantearse recuperar o adquirir hábitos más saludables. Seguramente han sido muchos los excesos cometidos, y llega el momento de enfrentarse a nuevos objetivos: perder peso, dejar de fumar o hacer más ejercicio. Por eso, hoy, hablamos de cómo poder conseguir un cambio de hábitos.

Lo que suele pasar es que ponemos mil y una excusas para enfrentarnos al cambio. Para eso, simplemente: vive aquí y ahora. No te auto engañes más con falsas justificaciones que te llevan a retrasar ese cambio. Si quieres cambiar algo, puedes empezar ahora mismo.

Si ya has superado la crisis inicial y te has decidido a cambiar de hábitos, lo primero que debes tener claro y escribirte en grande, subrayado y en negrita, es el objetivo que quieres conseguir. No lo digo de forma figurada, literalmente escríbelo en un post-it y pégalo en un sitio donde todos los días lo veas.

Los objetivos deben ser medibles y realistas

El objetivo tiene que ser medible (en vez de escribir “quiero perder peso”, apunta “quiero pesar x kilos en junio”) y también tiene que ser realista (si no has pisado nunca un gimnasio, el objetivo no puede ser participar en una competición de crossfit en dos meses). Siempre viene bien dividir el objetivo en trozos o hacer sub-metas, si el objetivo que te has puesto a largo plazo te va a costar mucho esfuerzo.

¿Para qué un cambio de hábitos?

Es importante tener claro el objetivo que persigues, es decir, qué quieres conseguir con el nuevo hábito.

Si en vez de ¿para qué? te preguntas ¿por qué? puede pasar esto:

¿Por qué quieres dejar de fumar? – porque es malo para mi salud – ¿por qué es malo? – porque puedo desarrollar cáncer de pulmón – y, ¿por qué no quieres eso? –  porque es una enfermedad muy grave.

Fíjate qué pasa en si la pregunta es para qué:

¿Para qué quieres dejar de fumar? –  para conseguir una mejor salud- ¿para qué quieres una mejor salud? –  para sentirme mejor y estar mejor conmigo mismo – y ¿para qué quieres eso? –  para sentirme orgulloso y saber que puedo conseguir lo que me proponga.

Nada que ver. De la segunda forma, te enfocas en tus objetivos en vez de huir de las cosas que quieres evitar.  Tendrás más motivación si lo que quieres es ‘sentirte orgulloso y saber que puedes conseguir lo que te propongas’. Así que piensa y escribe también todos estos ‘para qué’ y tenlos a mano cuando te flaqueen las fuerzas.

Conocer el origen

Antes de empezar, analiza tu punto de partida. Ya has marcado tu objetivo, ahora busca qué ocurrió en el pasado y qué falló, para no cometer los mismos errores.

Es importante saber qué apoyos tenemos: ¿con quién cuentas? ¿tu familia está contigo y habéis decidido salir en bici todos los fines de semana? o ¿piensan que estás loco por ir todos los días al gimnasio? Si no cuentas con apoyos, pide ayuda. Si tu intención es hacer más ejercicio físico y no sabes ni hacer una sentadilla, cuenta con un profesional de la actividad física y el deporte; si quieres perder peso y piensas que eso solo se consigue comiendo “lechuga y pechuga”, acude a un dietista-nutricionista; y si quieres dejar de fumar reduciendo al máximo los periodos de ansiedad que ello puede generar, un psicólogo te va a poder ayudar. Lo ideal para llevar a cabo este cambio es que cuentes con un equipo multidisciplinar que te ayude en todos los aspectos.

No pienses en el fracaso, enfócate en lo que has conseguido.

Conseguir un cambio de hábitos a largo plazo es difícil, y a veces se dan pasos hacia atrás. No pasa nada, es parte del proceso. Vuelve a intentarlo, teniendo confianza en ti mismo, actuando con el convencimiento de que vas a ser capaz. Aprende a fijarte en todo lo que has conseguido, en vez de en aquellas que no has podido hacer como te gustaría.

¡Mereces un premio!

Y, sobre todo, ¡date una recompensa! Cada vez que logres una sub-meta date un premio. Puede ser cualquier cosa que te guste y que no hagas habitualmente. Ir a un spa un día, comprar un libro que llevas tiempo queriendo leer o comprar ese instrumento de cocina que probablemente solo uses una vez, pero te haga ilusión tener. Hazlo, te lo mereces, porque lo has conseguido.

Si aún no tienes claro si puedes hacerlo, pregúntate lo siguiente: ¿Qué es lo peor que puede pasar si empiezo ahora?

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