La cervicalgia podría definirse como un dolor localizado en la nuca y las vértebras cervicales y que puede extenderse al cuello, la cabeza o incluso a las extremidades superiores.
Este tipo de dolor no siempre es debido a artrosis y, de hecho, los estudios científicos demuestran cómo no existe relación entre artrosis cervical y dolor cervical. La artrosis tiene la misma incidencia en personas con dolor que sin dolor.
El dolor cervical tiene una tasa de prevalencia anual superior al 30%, observándose una incidencia más alta en trabajadores/as de oficina, y ocasionando entre un 11-14% de bajas laborales.
¿Cómo podemos clasificar la cervicalgia?
Se puede clasificar, en función del tiempo de evolución, en cervicalgia aguda (6 primeras semanas), subaguda (6 semanas-6 meses) o cervicalgia crónica (más de 6 meses). La mayoría de los episodios de dolor agudo se resolverán con o sin tratamiento, pero casi el 50% de las personas continuarán experimentando algún grado de dolor o episodios frecuentes, por lo tanto, se conoce que las recaídas son comunes.
¿Cuáles son los principales síntomas de la cervicalgia?
Los síntomas de la cervicalgia que delatan la aparición del dolor son rigidez, limitación de la movilidad cervical, mareos, cefaleas y dolor referido.
¿Qué causa la cervicalgia? ¿Qué ejercicios hacer para reducir el dolor?
Comúnmente suele ser el resultado de sobrecargas musculares por posturas cotidianas mal adaptadas. El dolor cervical se asocia a la falta de actividad física, con una prevalencia más alta en países desarrollados y en ciudades, más que en zonas rurales.
La causa es un tipo de vida más sedentaria y es por ello que recomendamos una tabla de ejercicios para mejorar la sintomatología desde el primer momento de la aparición del dolor: