La menopausia supone el cese definitivo de la menstruación una vez que los ovarios dejan de producir hormonas reproductivas. En la actualidad, los especialistas en Ginecología establecen su inicio como el momento en el que la mujer permanece un año sin menstruación. Se trata de una realidad que las mujeres experimentan alrededor de los 50 años, pero puede ocurrir en cualquier momento desde los 40 hasta los 60 años.
La menopausia no afecta a todas las mujeres de la misma manera
La menopausia se asocia comúnmente con síntomas como sofocos, sudores nocturnos, cambios de humor y sequedad vaginal, entre otros, que pueden afectar a la calidad de vida de la mujer, pero esto no es siempre así…La menopausia es un hecho que viven el 100% de las mujeres y lo que hay que hacer es controlarla, determinar su intensidad y repercusiones a corto, medio y largo plazo, y tomar las medidas correctoras.
La presbicia o vista cansada, o las cataratas, por ejemplo, son una consecuencia natural del paso de los años, y nadie se alarma por ello, ni se resigna a esa limitación: se pone gafas y continúa con su vida como si nada.
Con la menopausia, en cambio, no sucede lo mismo. Existen prejuicios respecto a ella porque se asocia a la pérdida de atractivo de la mujer, al inicio de la vejez, y porque algunos de sus síntomas y signos, como los sofocos o los cambios físicos, han sido objeto de burla y menosprecio, lo que ha provocado en las mujeres sentimientos de humillación.
La menopausia es una transición
Más que un momento puntual, la menopausia es una transición hormonal que transcurre en tres etapas.
- Perimenopausia: se caracteriza por la disminución, a veces muy brusca, en la producción de las hormonas ováricas, y los cambios y oscilaciones en las hormonas hipotalámicas e hipofisarias.
Las mujeres en esta fase pueden experimentar retrasos en la regla, irritabilidad, síndrome premenopáusico más acusado o, por el contrario, hemorragias importantes hasta el punto de producir anemia. El sueño puede comenzar a alterarse y pueden experimentar algún sofoco o cefalea. Esta primera fase se sitúa entre los 45 y 50 años
- Menopausia comienza cuando ya no se tienen más menstruaciones. Los síntomas descritos anteriormente pueden agravarse: dificultad para dormir, dolor o rigidez articular matutina, sofocos diurnos y/o nocturnos, calidad del sueño y distintos trastornos emocionales que van desde la inestabilidad emocional hasta una irritabilidad acusada o tristeza que puede llegar a ser intensa o incluso entrar en depresión.
Además, es muy frecuente comenzar a ganar grasa alrededor de la cintura y puede constatarse una tendencia a la hipertensión y un aumento de los niveles de colesterol. La piel y el cabello pierden tersura y comienza la sequedad vaginal e infecciones y dolor en las relaciones sexuales. La principal causa de estos síntomas es el déficit de estrógenos, cuyos niveles en sangre se hacen casi indetectables. Este período puede durar entre 5 y 10 años. Suele ocurrir en torno a los 50 años.
- Postmenopausia: tras aproximadamente 10 años sin regla, si no se ha recibido terapia hormonal de reemplazo, en esta fase predominan las consecuencias tardías sobre los órganos de la disminución de estrógenos, tanto en huesos (osteopenia/osteoporosis), como de articulaciones (artritis artrosis), pero sobre todo genitourinarios: atrofia del epitelio vaginal, incontinencia y en algunas mujeres prolapso uterino. Puede seguir agravándose la ganancia de grasa, la tendencia a la hipertensión y a la dislipemia. Algunas mujeres con predisposición genética desarrollan una diabetes tipo 2 en esta fase. Esta fase de postmenopausia la situaríamos en torno a los 60 años.
Vigilancia permanente
El único síntoma normal de la menopausia es la desaparición de la menstruación. Cualquier otro que pueda aparecer en ese momento debe ser analizado y diagnosticado por los especialistas: ginecólogo, endocrino, cardiólogo, etc. El abordaje de la mujer en esta etapa requiere una evaluación hormonal y metabólica. Por eso los endocrinólogos deben centrarlo en un diagnóstico personalizado.
La menopausia no es un drama, sino uno más de los jalones de la vida -en este caso de la vida de la mujer- que hay que vigilar con naturalidad, sin alarmismos y, sobre todo, sin mitos.
Clotilde Vázquez Martínez
Especialista en Quirónprevención Príncipe de Vergara
Jefe Departamento Endocrinología y Nutrición de Fundación Jiménez Díaz-Quirónsalud